lunes, 31 de agosto de 2009

Desde la Resolana


Puedes saber que estás
Aunque sea un poco muerto
Cuando mides la magnitud del sol
Desde la resolana
Mientras se queman los insectos.

domingo, 30 de agosto de 2009

Una Mañana

Sorbía de la taza de té desesperadamente
Sorbía a veces de la cuchara
Que rítmicamente sumergía en la taza
Una y otra vez
Desesperanzadamente
“Solían ser grises los días de otrora”
Pensaba
“Ahora ya no son más grises
Pero el gris habita en el alma
De alguna forma”.

Sorbe un poco de nuevo
Sola, tibia, sola
Entona, con un rápido movimiento de mano,
Un acorde disonante
La taza choca contra el piso,
La sustancia, toda desparramada
Baña sus pies desnudos, fríos,
Y la savia de la rabia emerge jubilosa,
Jovial y despampanante.

Y de nuevo, una y otra vez,
Parsimonia en el tono de su cuerpo
Y de sus caderas ambiguamente soleadas,
En armonía con el entorno gris
Espantosamente crepuscular
Una y otra vez, todo de nuevo
La cuchara se sumerge en silencio
Pero esta vez en el aura caliente
Que emana de su aliento.

sábado, 29 de agosto de 2009

Ocaso Sureño

Es una especie de olimpo sureño
El que me trajo aquí ante tus ojos
Vengo de la tierra y para ti vengo
Con la revolución en los labios
Con la sangre llena de mi carnaval boliviano
Con el oro fatuo de mis andes
Entre carmín y espanto.

En el ensueño nostálgico de un tango
Evocando el espíritu estoico de los mapuches
Temo, en este punto, decir un “Te Amo”;
Corro el riesgo de entonar una especie de grito libertario.

Vengo de la tierra y de la tierra vienes
De la misma tierra que ve sus valles bañados en ocaso,
Niña de mi tierra, llevas en ti el alma guaraní
El ansia de mi canto…
¡Cuántas ganas tengo de tomarte de la mano!
Y que nuestro amor sea una muestra
De este gran olimpo sureño
Embebido en un sueño vago,
Declinante…
¡Cuántas ganas tengo de que nuestro amor
Borre para siempre este ocaso!

viernes, 28 de agosto de 2009

Introducción

Esta es la primera vez que me voy a referir a mí mismo como artista, esto es, fuera del mundo del verso. En este mundo soy un “Cantante de Lírica Maldita”. Seguramente no estoy armado de algún nuevo conocimiento, mucho menos a manera de epifanía, pero este mundo del verso es una nueva manera, al menos para mí, de tantear la vida. Es a este mundo al cual me refiero a la hora de deshojar el lirio, de encontrar incluso a través de las expresiones más banales y rutinarias una belleza que parece estar dormida…

Me presento, entonces, a ustedes como un artista.

A manera de introducción:

Cansado de explotar tus silencios,
Cansado de exhumar tus heridas
Recurro a ti hoy, cárcel mía
Si tan sólo logras que derrame una lágrima
Si la pasión por salir de ti resucita
Pretendo invocar mil odas indestructibles en tu contra
Y otras tantas al amor que mueve mis brazos.

Si existí para odiarte, está bien,
Si jamás soy de ti, está bien,
Pues jamás dejas de ser mía
Si me quitas por siempre el amor
También está bien, cárcel mía
Porque soy el engendro del averno,
Cantante de Lírica Maldita.